EL CEMENTERIO DE ANDÚJAR: APUNTES PARA UNA HISTORIA.

 

Rafael Antonio Casuso Quesada

 
 

El Cementerio de Andújar es una obra perteneciente al conjunto de camposantos proyectados a lo largo del siglo XIX como respuesta a la nueva normativa que se estaba intentando implantar en España, no sin dificultad, desde la ilustración y al crecimiento demográfico de un periodo que, no por lento iba a resultar inconstante. En definitiva, nos encontramos ante un complejo arquitectónico y urbanístico que nos acerca de una manera muy directa al tema de la modernización de las costumbres y el desarrollo social que implica la construcción de cementerios civiles, públicos y abiertos.

 

01-Título propiedad Sepultura a favor de Juan Acuña Giménez. 30-04-1880
02-Recibo Municipal pago Sepultura propiedad de Pedro Alcántara Castro. 6-11-1880
03-Título propiedad Sepultura a favor de Pedro Alcántara Castro. 6-11-1880
 
 
A -Antecedentes Históricos Generales y Provinciales.
 

El proceso de construcción de cementerios se inició con una Real Cédula firmada el año de 1787 por el rey Carlos III obedeciendo a una necesidad de prevención sanitaria que era cada vez más evidente. No en vano surgió como consecuencia de una de las muchas epidemias que asolaban nuestro país regularmente, la originada en la iglesia de Pasajes (Guipúzcoa), que en 1783 dejó claro el vínculo existente entre los enterramientos parroquiales y tales brotes mortales. La aplicación de esta norma fue lenta debido a la oposición popular ya las reticencias eclesiásticas, aunque se fue llevando a cabo a lo largo de la siguiente centuria [1].

 

En la provincia de Jaén es de destacar la anticipación en la aplicación de esta normativa, dado que en el mismo año de 1787 se elaboró el proyecto de camposanto de la ciudad de Alcalá la Real, por parte de los maestros de obras Antonio Martín y Juan Miguel de Contreras [2] . El mismo, aunque resultó frustrado, imitaba el ideado tres años antes para el Real Sitio de San Ildefonso por José Díaz Gamones (1784), que sirvió de modelo para la aplicación de la citada normativa. Se caracteriza por tener las diversas dependencias al fondo del recinto cercado: la capilla, el cuarto del capellán, la sacristía, el cuarto del sepulturero y el depósito de los huesos. Los nichos se disponen alrededor del muro de cerramiento mientras que los enterramientos de suelo se colocan en el interior sin un orden urbanístico claro.

 

04- Cementerio de S. Eufrasio de Jaén. Patio de las congregaciones

05- Cementerio de S. Eufrasio de Jaén. Primer Patio

 

En Jaén capital, sin llegar al nivel dramático de la villa vasca y ya al principio del siglo XIX, el problema no fue muy diferente, como se deduce de las protestas efectuadas al Ayuntamiento por los vecinos de la Plaza de San Francisco debido al hedor que despedía la cripta de la Iglesia del Sagrario [3]. De esta manera se fue acelerando la necesidad de realizar un cementerio en las afueras de la ciudad, habilitándose provisionalmente para ello una antigua zona de enterramientos militares a las afueras de la Puerta de Martos y otra en la huerta del Convento de Capuchinos, actual campo hípico. La ocupación francesa va a señalar "...la definitiva puesta en práctica de la vieja legislación que, datando de los años de Carlos III, limitaba los enterramientos en el interior de las ciudades"[4], lo que explica la presentación en 1812 de un proyecto de nueva planta, cercado y con capacidad para 9000 sepulturas, en tomo a las antiguas ermitas de Belén y San Nicasio. Poco se conoce de este primigenio cementerio público, salvo que su apertura se realizó sin el cerramiento correspondiente, provocando escenas dantescas que llevaron al Ayuntamiento a agilizar su terminación para evitar brotes epidémicos. Para ello había que contar con las autoridades religiosas, por lo que se invitó al cabildo eclesiástico a sufragar las obras " ...por si quiere hacer nichos para sus individuos en los cuatro ángulos privativos que se le destinan a estilo de los nuevos cementerios de Madrid y Murcia"[5].

 

De esta cita se deduce no sólo la planta cuadrada del solar sino su inspiración formal y funcional en la sacramental de San Isidro de Madrid (1811).

 
La provisionalidad de estos primitivos espacios habilitados extramuros de las ciudades fue acompañada de suspicacias populares sobre su uso y, aunque en determinados momentos se practicaron inhumaciones en ellos, "...la verdad es que, tan pronto como las autoridades manifestaban alguna laxitud en las normas, volvía a darse sepultura en las criptas parroquiales"[6].
[1] Uno de los primeros estudios sobre el tema lo hizo GONZÁLEZ DÍAZ, Alicia "El cementerio español en los siglos XVIII y XIX", RevistaA.E.A., n° 171, vol. XLIII (1970), pág. 291. (Volver)
 
[2] Este primigenio proyecto, no obstante, quedó frustrado al rehabilitarse el cementerio existente intramuros de la fortaleza de la Mota. Archivo Municipal de Alcalá la Real (A.M.A.R.), “Planta y declaración del Camposanto de esta ciudad". Alcalá la Real, 1787 (Volver)
 
[3] LÓPEZ PÉREZ, Manuel y LARA MARTÍN-PORTUGUÉS, Isidoro. Entre la guerra y la paz. Jaén 1808-1814. Editorial de la Universidad. Granada 1993, pág. 369.(Volver)
 
[4] NAVASCUÉS PALACIO, Pedro. Prólogo a la edición facsímil de REPULLÉS, Enrique María "Panteones y sepulcros en los cementerios de Madrid", Revista Biblioteca del Resumen de Arquitectura. Madrid 1899. Ávila. Editorial de la UNED. 1991. No paginada.(Volver)
 
[5] CASUSO QUESADA, Rafael Arquitectura del siglo XIX en Jaén. Editorial Diputación Provincial – I.E.G. Jaén 1998, pág. 109.(Volver)
 
[6] LOPEZ PEREZ, Manuel y LARA MARTIN-PORTUGUES, Isidoro Op. cit., pág. 369 (Volver)
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